Friday, November 28, 2008

¿Y AHORA, QUÉ HACEMOS?

¿Y AHORA, QUÉ HACEMOS? *
La Conducta Buddhista ante los Acontecimientos en el Mundo
Actual
Conferencia impartida con motivo del Tercer Encuentro Buddhista de la
Comunidad Buddhista de México el 26 de abril 2002
Bhikkhu Nandisena
Namo Tassa Bhagavato Arahato Sammāsambuddhassa
Introducción
Quisiera comenzar esta plática expresando mi agradecimiento a los
organizadores de este evento, el Tercer Encuentro de la Comunidad
Buddhista de México, así como a todos los que se encuentran aquí
presentes, por hacer posible que representantes de las tres corrientes
principales del buddhismo tengan una oportunidad abierta para exponer
acerca de la conducta buddhista ante los acontecimientos del mundo
actual.
El buddhismo es una religión con una historia de más de 2,500 años. El
Buddha histórico, el omnisciente Buddha, con su ojo divino, podía abarcar
todo tiempo y todo lugar. No había nada que pudiera escapar de la "red"
de su conocimiento infinito. Sin duda, el Buddha vio las situaciones
difíciles de los tiempos futuros, incluyendo estos difíciles y complejos
tiempos modernos, cuando él habló acerca de la decadencia y la gradual
desaparición del Dhamma. Nosotros deberíamos entender el término
pali

"Dhamma" o sánscrito "Dharma" no solamente en el sentido de las
enseñanzas del Buddha sino en un sentido más amplio, y de acuerdo con
su etimología, como aquello que sostiene o evita que uno caiga. El
Dhamma sostiene a aquellos que lo practican de caer en estados de
sufrimiento; o la práctica del Dhamma sostiene y evita que el mundo
caiga en la absoluta brutalidad y violencia. Es en este sentido que
deberíamos entender el término "Dhamma" o "Dharma"; como la "tierra
firme" donde podemos caminar. Si no hay Dhamma no hay "tierra firme"
donde caminar. El Dhamma de las enseñanzas del Buddha se tiene que
actualizar en la práctica; es decir, es necesario que el Dhamma de las
enseñanzas se practique para que se convierta en el Dhamma que
sostiene y evita que uno caiga.
Después de la muerte del Buddha, después de su Parinibbāna, el drama
de la historia humana, el drama de la impermanencia, no sólo pareció ir
confirmando su predicción sino también su enseñanza. Imperios y
civilizaciones surgieron y cesaron imprimiendo su marca para que otros
imperios y civilizaciones después vinieran y la borraran; nuevas religiones
aparecieron sobre la faz de la tierra, a veces civilizando, otras veces
inscribiendo sus nombres coercitivamente, mientras los destinos y la
prosperidad de las civilizaciones se mudaban de sur a norte y de Oriente a
Occidente. Para algunos debido a la fortuna,i[1] para otros debido a un ser
supremo, y para otros debido a la Ley del Karma, los destinos y la
prosperidad de los pueblos se ha mudado de un lugar a otro. Un rápido
vistazo a la historia humana nos muestra la característica universal de la
impermanencia, que de acuerdo con la enseñanza del Buddha, es una de
las características de todos los fenómenos condicionados.
No obstante el drama y la impermanencia, el Dhamma Sublime del
Buddha no sólo ha sobrevivido los embates del tiempo, los embates de
más de 2,500 años de historia humana, sino que también gradual, pacífica,
silenciosamente se ha empezado a conocer, establecer y a tener influencia
en cada vez más lugares, en rincones del planeta que nadie se hubiera
atrevido a predecir algunos años atrás.
Prueba de ello, es este Tercer Encuentro Buddhista de México; lejos en
tiempo (a 2,546 años del Parinibbāna del Buddha) y lejos en distancia
(aprox. a 15,000 kilómetros del punto de origen del buddhismo), pero
cerca del mensaje original del Buddha, muy cerca de su Dhamma. Nuestra
presencia aquí atestigua este hecho. Es regocijante ver que a medida que
el buddhismo se va estableciendo más firmemente en estas tierras, su voz
se comienza a sentir y a considerar cada vez más.
Y hoy día estamos reunidos para hablar acerca de los difíciles
acontecimientos del mundo actual y de cuál debería ser la conducta
buddhista ante estos acontecimientos. Conscientes que de aquí pueden
salir respuestas significativas o al menos una orientación, estamos aquí
reunidos.
Los Acontecimientos del Mundo Actual
Una breve mención de algunos de los graves problemas que enfrenta la
humanidad actual: conflictos étnicos y religiosos, tanto viejos como
nuevos entre católicos y protestantes, entre cristianos y musulmanes,
entre hindúes y musulmanes, conflictos entre israelíes y palestinos, entre
árabes e israelíes; conflictos ideológicos; sistemática violación de los
derechos humanos; pobreza; tráfico de drogas, tráfico de armas, tráfico

de mujeres, tráfico de niños; sistemática destrucción del medio ambiente
y expansión de enfermedades globales tales como el SIDA, entre otros.
No obstante el número y la gravedad de estos problemas que acucian a la
humanidad, no sé si los organizadores hubieran escogido este tema si no
hubieran ocurrido los trágicos eventos del 11 de septiembre del pasado
año y todo lo que ha venido después de estos tristes acontecimientos.
Una de las enseñanzas importantes del Buddha es la interdependencia de
todo lo que existe. Los eventos del 11 de septiembre han resaltado esa
interdependencia. De acuerdo con la Enseñanza del Buddha, todo lo que
existe, en todo momento y en todo lugar, está ligado de acuerdo a las
leyes de condicionalidad, aun lo más minúsculo –alguien ha llegado a decir
que el aleteo de una mariposa China tiene un efecto sobre aquellos que
viven en las antípodas. Los eventos del 11 de septiembre han resaltado
esa interdependencia, han despertado bruscamente en la conciencia de la
humanidad esa condicionalidad de las acciones humanas.
Ahora no se necesita escarbar mucho para descubrir la condicionalidad, la
interdependencia. El tema de la condicionalidad ya no es sólo para
filósofos o meditadores. Las acciones del pequeño grupo de personas que
realizó los atentados en Nueva York y en otros lugares de los Estados
Unidos el 11 de septiembre, han tenido un efecto global. Basta ir al
aeropuerto a tomar un vuelo nacional o internacional para que uno sea
sometido a minuciosas revisiones. Basta ser originario de un país
musulmán o tener apellido árabe para ser objeto de sospecha y
desconfianza.
Otra observación importante que se puede hacer de lo que está
ocurriendo actualmente en el mundo, es acerca de la influencia de la
mente, el aspecto central de la mente en los acontecimientos del mundo.
El Buddha dice que de todas las cosas en el mundo, aquella con mayor
poder de influenciar para bien o para mal es la mente. El Buddha dice esto
porque la mente consciente es el origen de nuestras acciones verbales y
físicas. Cuando la mente no está protegida o controlada, las acciones
verbales y físicas tampoco están controladas. Cuando la mente está
protegida o controlada, las acciones verbales y físicas también están
controladas. Es por esto que el Buddha dice que el mundo es dirigido por
la mente.
Abundan las palabras del Buddha acerca de la influencia de la mente tanto
a nivel individual como a nivel global. Incluso el término pali "manussa",
que significa ser humano, se usa para referirse a aquellos que tienen
mentes agudas o desarrolladas. Debido a que la mente humana es muy
aguda, el ser humano es más capaz de realizar acciones morales o
inmorales de peso, que cualquier otra clase de seres vivientes. Es posible
para un ser humano desarrollar la mente hasta llegar al estado de Buddha
o para cometer crímenes atroces.
En el análisis de los acontecimientos del mundo actual que estamos
haciendo se destacan estos dos aspectos: la interdependencia y el aspecto
central de la mente. Y cuando hablamos de la interdependencia estamos
incluyendo dentro de la misma lo que se denomina kamma (karma). En
realidad, el kamma es uno de los tantos modos de interdependencia o
condicionalidad, entendiendo kamma en sentido activo como las acciones
presentes y en sentido pasivo como los resultados o efectos de acciones
pasadas. Cuando vemos que algo ocurre en el presente, podemos inferir

que algo en el pasado fue realizado, que funciona como causa y también
que algo ocurrirá en el futuro, como efecto. Éstos son los tres aspectos de
esta ley universal de causa y efecto que liga a todos los seres vivientes.
Y con estos acontecimientos del mundo actual se han instalado en
nuestras mentes la incertidumbre, la inseguridad, la desconfianza, el
miedo. ¿Qué nos deparará el futuro? Todas estas cosas se han instalado
en la mente de la gente. La pregunta es: ¿Y ahora qué hacemos?
Una Propuesta Buddhista
A continuación delinearemos una propuesta buddhista
ante los
acontecimientos del mundo actual.
Aquellos que seguimos el Camino del Buddha, si en algo somos
afortunados, es en que no tenemos que inventar o tratar de descubrir
soluciones nuevas para problemas viejos. Ya contamos
con las
herramientas. El Camino del Buddha es un camino antiguo, es un camino
bien probado que ha sido andado desde el comienzo hasta el final por
innumerables seres, incluyendo el mismo Buddha. En esto somos
afortunados. Como la enseñanza existe, como el camino existe, significa
que existe una propuesta desde la perspectiva buddhista
a los
acontecimientos del mundo actual.
Pienso que la ética buddhista basada en los Cinco Preceptos, provee un
fundamento sólido y un excelente punto de partida para la solución de
nuestros problemas. Los Cinco Preceptos son los siguientes:

1. Abstenerse de matar y dañar seres vivientes, que en su aspecto
activo fomenta el amor y compasión.
2. Abstenerse de robar, que en su aspecto activo fomenta el
respeto por la propiedad de otros y la honestidad.
3. Abstenerse de conducta sexual incorrecta, que en su aspecto
activo fomenta la responsabilidad en la relación de pareja.
4. Abstenerse de lenguaje falso, que en su aspecto activo fomenta
la veracidad.
5. Abstenerse de consumir alcohol y drogas, que en su aspecto
activo fomenta la sobriedad, atención y vigilancia.
Éstos cinco, más que preceptos buddhistas, son considerados como reglas
universales de conducta. Que estos preceptos sean considerados como
reglas universales de conducta se debe a que los mismos tienen un
fundamento objetivo y trascendental. Este fundamento objetivo y
trascendental es la ley de causa y efecto o la Ley del Kamma. Transgredir
estos preceptos básicos es transgredir esta ley universal, esta ley cósmica,
y transgredir esta ley universal significa dañarnos tanto a nosotros
mismos como a los demás.
De nuestra observación de los dramáticos acontecimientos del mundo
actual, vemos que básicamente todos son transgresiones de los preceptos
básicos. Y no es posible que exista armonía y paz en el mundo si sus
habitantes no observamos estos preceptos.
No obstante, estos preceptos se podrían ver como prohibiciones, como
algo negativo. De hecho, en Occidente hay una tendencia a no darle el
lugar que corresponden, a veces parecen estar relegados como piezas de

museo y no como una ética viviente. Una gran parte de nuestros
problemas desaparecería si la gente adoptara la ética de los preceptos.
El principio de estos preceptos, de estas reglas universales de conducta,
es compararse uno mismo con los demás, es decir, el respeto a los demás,
el respeto a la vida de los demás, el respeto a la propiedad de los demás,
el respeto al derecho que los demás tienen a la verdad.
El hecho de que el principio de estos preceptos no es la religión o una
autoridad, los hace aptos para que sean adoptados por los seres humanos
independientemente de su religión o ideología. Y esto es particularmente
importante hoy en día, en una sociedad, en un mundo, donde hay
diferentes y muchas veces contradictorios sistemas de creencias, en un
mundo dominado por la secularización y el materialismo.
Lo que se requiere es una ética global que trascienda las barreras de las
religiones y las ideologías, una ética que esté sustentada en principios
objetivos. Y los preceptos satisfacen esta condición porque están
sustentados en la ley universal de causa y efecto.
Si en el mundo se continúa relegando a la ética y a los preceptos, a una
esfera personal, subjetiva y relativa, difícilmente se resolverán los
problemas. Si relegamos estos preceptos a estas esferas, por ejemplo, es
aceptable matar a otros seres humanos en nombre de una religión, o en
nombre de una ideología; hay guerras justas, y siempre se encontrarán
nuevas "justas" razones para matar, robar, etc.
Entonces, lo que se requiere es colocar estos preceptos en el lugar que les
corresponde: en una esfera trascendental, objetiva y absoluta. De esta

manera, no hay nada más allá de los mismos; es decir, no hay ninguna
justificación, ni humana ni divina, para que éstos sean transgredidos.
Adoptar estos Cinco Preceptos como modo de vida es lo primero que
deberíamos hacer.
Estos Cinco Preceptos, además de ser considerados como reglas
universales de conducta, representan lo mínimo que un ser humano
debería observar para estar protegido por el Dhamma. Recordemos aquí
el significado de "Dhamma" como aquello que sostiene y evita que uno
caiga en estados de sufrimiento. De hecho, nuestra condición humana
está determinada por estos preceptos. Cuando los transgredimos nos
situamos en una condición sub-humana; tanto en el momento en que los
transgredimos como cuando obtenemos los resultados negativos de estas
acciones renaciendo en planos sub-humanos.
Lo expuesto no hace otra cosa que resaltar el papel preponderante de los
preceptos, que el Buddha define en los Textos Canónicos como acciones
de gran generosidad (mahā-dāna) porque mediante la práctica de los
mismos uno está concediendo a los demás ausencia de peligro, ausencia
de miedo, ausencia de temor, ausencia de ansiedad, ausencia de
incertidumbre además de seguridad y confianza. ¿No es acaso esto lo que
el mundo contemporáneo necesita? Si esto es lo que el mundo necesita,
entonces debería observar estos preceptos.
Estos Cinco Preceptos deberían ser nuestra base y punto de partida,
nuestra ética mínima, ya que dichos preceptos regulan nuestra interacción
con otros seres vivientes, poniendo límites a nuestras acciones,

estableciendo aquello que no debemos hacer, aquello de lo que debemos
abstenernos.
Pero hay cosas que deberíamos hacer y cultivar en nuestra relación con
otros seres vivientes. Éste otro aspecto de la ética buddhista podríamos
decir que es el aspecto activo. Aquí no hay límites sino "luz verde"; aquí
se nos dice que hay que desarrollar y cultivar.
Nuestra relación con otros seres vivientes debería estar guiada por lo que
se denomina en pali "Brahma-vihāra", Moradas Sublimes. Las Moradas
Sublimes son: (1) amor benevolente (mettā), (2) compasión (karunā), (3)
regocijo (muditā) y (4) ecuanimidad (upekkhā).
El amor benevolente (mettā) es un deseo genuino por el bienestar y la
felicidad de todos los seres; es amor puro, sin condiciones, amor libre de
la mancha del apego o del deseo, amor sin egoísmo. Ésta es la primera
Morada Sublime. Idealmente el Buddha quisiera que consideráramos a
todos los seres como nuestros hijos queridos.
La compasión (karunā) es aliviar el sufrimiento de los demás. El objeto de
la compasión son aquellos seres que están sufriendo. Ésta es la segunda
morada sublime.
El regocijo (muditā) es la alegría que uno siente cuando los demás han
obtenido éxito; es desear que los demás no se separen de la prosperidad,
del éxito que han obtenido. Ésta es la tercera Morada Sublime.

La ecuanimidad (upekkhā) es la actitud imparcial y neutra que surge en la
mente cuando uno reflexiona que los seres son propietarios de sus propias
acciones. Ésta es la cuarta Morada Sublime.
Supongamos que cada uno de nosotros practicara los Cinco Preceptos,
pero que el resto del mundo no los practicara. En realidad esto no es una
mera suposición, porque de una observación atenta del mundo se
desprende la conclusión de que la mayoría de los seres humanos no
siguen estos preceptos. ¿Cuál debería ser nuestra actitud hacia aquellos
que no observan los Cinco Preceptos? ¿Cuál debería ser nuestra actitud
hacia aquellos que no practican el Dhamma?
La respuesta del Buddha con relación a estas preguntas es muy clara: No
deberíamos dejar que nuestras mentes sean afectadas, no deberíamos
reaccionar con lenguaje inadecuado; deberíamos desarrollar una mente
con compasión, con amor benevolente, sin odio, sin resentimiento, sin
mala voluntad. Más adelante, el Buddha dice que esto será para el
bienestar y felicidad, por mucho tiempo, para la persona que lo practica.
Entonces, la práctica de las Moradas Sublimes es algo que deberíamos
desarrollar asiduamente en nuestra relación con otros seres vivientes.
Mientras nosotros mismos estamos protegidos por los Cinco Preceptos y
mientras nosotros protegemos a los demás mediante los Cinco Preceptos,
también cultivamos estas Moradas Sublimes en nuestra relación con los
demás seres vivientes, ya sea que estos otros seres vivientes practiquen o
no practiquen el Dhamma Sublime del Buddha.

Estas cuatro Moradas Sublimes, igual que los preceptos, satisfacen el
requisito de una ética global, una ética universal, una ética que trasciende
las barreras creadas por los seres humanos.
Las Moradas Sublimes, como la compasión y el amor benevolente, se
denominan "ilimitados" (appamaññā) o "inmensurables" porque se deben
desarrollar hacia todos los seres vivientes sin distinción. Esto es
realmente
importante porque nosotros que hemos tomado refugio en las Tres Joyas,
Buddha, Dhamma y Sangha, cuando practicamos estas Moradas Sublimes
no distinguimos entre buddhistas y no buddhistas. La práctica de estas
Moradas Sublimes une a la humanidad a través de sus mejores
cualidades. La práctica de estas Moradas Sublimes establece el mejor
vínculo entre todos los seres, un vínculo que trasciende todas nuestras
diferencias. Esto debería ser motivo de reflexión. ¿Qué vínculo es mejor?
¿El vínculo que nos une con aquellos que comparten nuestra ideología y
nos separa y divide de los que no la comparten? ¿O el vínculo de las
Moradas Sublimes? ¿El vínculo que nos subyuga al
ciclo del
renacimientos? ¿O el vínculo que nos lleva más allá del ciclo de
renacimientos?
Cuando alojamos a nuestra mente en la morada de la compasión o en la
morada del amor benevolente o cuando alojamos a nuestra mente en la
morada del regocijo o en la morada de la ecuanimidad, estamos
rompiendo las diferencias, estamos rompiendo las barreras que nos
dividen, y de esta manera no sólo estamos satisfaciendo sino también
trascendiendo nuestra humanidad, nos estamos colocando en un plano
superior. Es por esta razón que las Moradas Sublimes se denominan en
pali "Brahma-vihāra", las moradas de los Brahmas, de seres superiores.

Es así como nosotros que hemos tomado refugio en las Tres Joyas,
deberíamos hacer frente y responder a los acontecimientos del mundo
actual, mediante la observancia de los Cinco Preceptos y el cultivo de las
cuatro moradas sublimes: amor benevolente (mettā), compasión
(karunā), regocijo (muditā) y ecuanimidad (upekkhā).
Al comienzo de esta plática hablamos de la interdependencia y
condicionalidad de todo lo que existe en el universo. Mencionamos, por
ejemplo, cómo las malas acciones de un pequeño grupo de individuos han
tenido repercusiones globales. Pues bien y para bien, esta ley universal de
interdependencia funciona en ambos sentidos. Las buenas acciones,
aunque a veces sean silenciosas y pasen desapercibidas, aunque no
aparezcan como noticias en los medios de comunicación masiva, también
tienen repercusiones globales, y en este caso, para el bienestar y la
felicidad de todos los seres.
Si como dijimos, el aleteo de una mariposa en China tiene efectos sobre lo
que ocurre, digamos, aquí en México, cuanto más la práctica de los
preceptos y de las Moradas Sublimes de uno que está en México tendrá
sobre lo que ocurre, digamos, en el Medio Oriente. Entonces, tengamos
esto en cuenta cuando después recitemos el Metta Sutta para la paz en el
mundo.
Con respecto a la interdependencia, uno debería establecer una relación
de amor benevolente e inofensividad hacia todos los seres, como dice el
Buddha en el Metta Sutta: "Que nadie dañe a otro en ningún lugar. Que
todos los seres estén felices y seguros. Que estén felices en sus
corazones".

Otro punto que se tocó al comienzo de esta plática fue acerca del aspecto
central de la mente. El Buddha dice que de todas las cosas en el mundo,
aquella con mayor poder de influenciar para bien o para mal es la mente.
Y como se explicó, esto se debe a que la mente es el origen de nuestras
acciones físicas y verbales. De aquí la importancia del cultivo de la mente
en el buddhismo a través de la práctica de la meditación. En el
Dhammapada, el Buddha dice que una mente mal dirigida le produce a
uno más daño que un enemigo y que una mente bien dirigida le produce a
uno más beneficio que padres y familiares.
La mente es el líder y el mundo está dirigido por la mente. Todo esto nos
dice el Buddha en los Textos Canónicos. Este poderoso instrumento que es
la mente, primero tiene que ser controlado y después, desarrollado por
medio de la meditación de tranquilidad y la meditación de introspección.
No obstante esto y a pesar de nuestras buenas acciones y buena voluntad,
es posible que la situación en el mundo no mejore. Aun así la actitud
buddhista ante los acontecimientos del mundo actual, nuestra
responsabilidad como practicantes de la Enseñanza del Buddha, es
transformar al mundo a través de la transformación de nosotros mismos.
Además, el deseo de un practicante buddhista debería ser que todos los
seres realicen acciones meritorias, porque la acumulación de buenas
acciones conduce a la felicidad. Esto es más importante. Esto es lo que
debemos hacer.
La práctica de los Preceptos, la práctica de las Moradas Sublimes, la
práctica de la meditación, es el antiguo camino, es el camino claramente
señalado por el Buddha cuando dice: "uno debería conquistar el odio con

el amor, uno debería conquistar el mal con el bien, uno debería conquistar
la mezquindad con la generosidad y la mentira con la verdad".
*****
*
"¿Y ahora, qué hacemos? La Conducta Buddhista ante los
Acontecimientos del Mundo Actual". Conferencia impartida con motivo del
Tercer Encuentro de la Comunidad Buddhista de México en la Ciudad de
México el 26 de abril del 2002. Un especial agradecimiento a Rutty
Bessoudo y Alina Morales de Galindo por editar el material de la
conferencia. La fuente usada es "Times New Roman" que contiene algunas
de las marcas diacríticas de la Lengua Pali; las demás marcas diacríticas
no disponibles en esta fuente han sido reemplazadas con letras normales.
Este material puede ser reproducido para uso personal, puede ser
distribuido sólo en forma gratuita. ©CMBT 2002. Última revisión lunes 20
de mayo de 2002. Publicaciones Fondo Dhamma Dana.
i [1]
Diosa Greco-romana que personificaba el azar y la mudanza de las
cosas; se la
representaba con los ojos vendados, sobre una bola o una rueda con alas
y sosteniendo
el cuerno de la abundancia (Diccionario de Uso del Español, vol. i 1331).

Friday, November 21, 2008

Los Tres Tesoros del Tao

Los tres tesoros .

Son energías o sustancias de enorme poder para el yoga taoísta. Son el Ching (esencia), el Ch´i, (vitalidad) y el Shèn (espíritu).

Existen en el contexto de la cosmología taoísta, porque se cree que son activos en todos los niveles del ser, desde el más pequeño microcosmos hasta el macrocosmos. Nutridos y transmutados, ayudan a la consecución de los beneficios físicos y espirituales que los yoguis taoístas persiguen durante toda su vida. Se trata de un proceso secreto, espiritual, que ha sido muy mal interpretado y que tiene por objeto la refinación y transmutación de la esencia, la vitalidad y el espíritu, con la finalidad de aumentar el tiempo de vida y el vigor del adepto, para acrecentar la reserva natural de espíritu. Su objetivo es alcanzar la cumbre espiritual.

Son fuerzas dadoras de viva, con las cuales el Tao sustenta el universo, causando en el vacío ilimitado, la llegada a la existencia, el surgimiento y la caída de las miríadas de entidades que constituyen el reino de las apariencias.

Debido a la equivocada interpretación de los textos, sólo los genuinos adeptos captarán en ellos su sentido espiritual.

La alquimia taoísta tiene dos principios fundamentales:
1) la individualidad e incluso identidad de espíritu y materia, y
2) el funcionamiento de las leyes de la Naturaleza en todo nivel posible y en todo posible modo de ser.

Existe un libro, el Ts´an T´ung Ch´i, escrito después del comienzo de la era cristiana, que algunos lectores suponen expone el proceso alquímico para transformar los metales en oro; otros creen encontrar en él la píldora de oro para obtener la eterna juventud y probablemente la inmortalidad de carne y sangre; para otros, es un sistema para crear, por métodos sexuales y no sexuales, un cuerpo capaz de gozar de vida eterna. Para los místicos sería la clave para convertirse en espíritu puro, libre para sumergirse en el océano del Tao. La más popular es la creencia de la alquimia interior, que da energía al cuerpo y purifica la mente, produciendo la transmutación de la sexualidad, lo que mejora la vivencia personal.

Los tres tesoros son:

Ching : Forma burda: no se identifica precisamente con los fluidos sexuales masculino y femenino, pero éstos la transportan y tiene mucho que ver con ellos.

Forma sutil: la que está dentro del cuerpo, y da consistencia y forma tangible a la materia.

Forma cósmica o Yang: la que está en el cosmos y da forma tangible a lo que originariamente era vacío indiferenciado.

Ch´i: Forma burda: no se identifica precisamente con el aire aspirado por los pulmones, riñones y poros, pero éste lo transporta y tiene mucho que ver con el mismo.

Shén : Forma burda: espíritu que no se ha limpiado todavía de los sentidos y de los pensamientos erróneos.

Forma sutil: espíritu sin tacha, liberado de la contaminación de la presión y de los deseos sensuales.

Forma cósmica o Yang: espíritu cósmico, ser vacío, puro, indiferenciado.



El Tao Te King dice: "Todas las cosas están respaldadas por la sombra Yin y enfrentadas por la luz Yang y armonizadas por el aliento inmaterial, (c´hi)". Es la ley inmutable que actúa en toda mutación. Esta ley es el Sentido de Lao Tzé. A fin de convertirse en realidad, requiere una decisión, una postulación fundamental, es el gran comienzo original de todo lo que es: Tái Chi, literalmente la viga principal. La filosofía ulterior se ocupa mucho de ese comienzo original. El Wu Chi, principio anterior aun al comienzo original, se diseñó en forma de círculo; y T ´ai Chi, el círculo dividido en tinieblas y luz, Yin, Yang. Con esta línea que es en sí misma la unidad, aparece en el mundo la dualidad, pues simultáneamente con ella, se establece el arriba, abajo, etc. Estos contrarios se designan como Yin y Yang. Es el pensamiento fundamental en la composición del Libro de Las Mutaciones.



Rama
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