Saturday, May 27, 2006

San Benito

San Benito nació de familia rica en Nursia, Italia, en el año 480. Su
hermana gemela, Escolástica también alcanzó la santidad.

Fue enviado a Roma para estudiar la retórica y la filosofía.
Desilusionado de la vida en la gran ciudad, se retiró a Enfide (la
actual Affile), para dedicarse al estudio y practicar una vida de
rigurosa disciplina ascética. No satisfecho de esa relativa soledad, a
los 20 años se fue al monte Subiaco bajo la guía de un ermitaño y
viviendo en una cueva. Tres años después se fue con los monjes de
Vicovaro. No duró allí mucho ya que lo eligieron prior pero después
trataron de envenenarlo por la disciplina que les exigía.

Con un grupo de jóvenes, entre ellos Plácido y Mauro, fundo su primer
monasterio en en la montaña de Cassino en 529. Fundó numerosos
monasterios, centros de formación y cultura capaces de propagar la fe en
tiempos de crisis.

Se levantaba a las dos de la madrugada a rezar los salmos. Pasaba horas
rezando y meditando. Hacia también horas de trabajo manual, imitando a
Jesucristo. Veía el trabajo como algo honroso. Su dieta era vegetariana
y ayunaba diariamente, sin comer nada hasta la tarde. Recibía a muchos
para dirección espiritual. Algunas veces acudía a los pueblos con sus
monjes a predicar. Era famoso por su trato amable con todos.

Su gran amor y su fuerza fueron la Santa Cruz con la que hizo muchos
milagros. Fue un poderoso
<http://www.corazones.org/DICCIONARIO/exorcismo.htm>exorcista Este don
para someter a los espíritus malignos lo ejerció utilizando como
sacramental la famosa Cruz de San Benito.

San Benito predijo el día de su propia muerte, que ocurrió el 21 de
marzo del 547, pocos días después de la muerte de su hermana, santa
Escolástica. Desde finales del siglo VIII muchos lugares comenzaron a
celebrar su fiesta el 11 de julio.

*Biografía de San Benito
*/Adaptada de "Vidas de los Santos" de Butler./

Si atendemos a la enorme influencia ejercida en Europa por los
seguidores de San Benito, es desalentador comprobar que no tenemos
biografías contemporáneas del padre del monasticismo occidental. Lo poco
que conocemos acerca de sus primeros años, proviene de los "Diálogos" de
San Gregorio, quien no proporciona una historia completa, sino solamente
una serie de escenas para ilustrar los milagrosos incidentes de su carrera.

Benito nació y creció en la noble familia Anicia, en el antiguo pueblo
de Sabino en Nurcia, en la Umbría en el año 480. Esta región de Italia
es quizás la que mas santos ha dado a la Iglesia. Cuatro años antes de
su nacimiento, el bárbaro rey de los Hérculos mató al último emperador
romano poniendo fin a siglos de dominio de Roma sobre todo el mundo
civilizado. Ante aquella crisis, Dios tenía planes para que la fe
cristiana y la cultura no se apagasen ante aquella crisis. San Benito
sería el que comienza el monasticismo en occidente. Los monasterios se
convertirán en centros de fe y cultura.

De su hermana gemela, Escolástica, leemos que desde su infancia se
había consagrado a Dios, pero no volvemos a saber nada de ella hasta el
final de la vida de su hermano. El fue enviado a Roma para su
"educación liberal", acompañado de una "nodriza", que había de ser,
probablemente, su ama de casa. Tenía entonces entre 13 y 15 años, o
quizá un poco más. Invadido por los paganos de las tribus arias, el
mundo civilizado parecía declinar rápidamente hacia la barbarie, durante
los últimos años del siglo V: la Iglesia estaba agrietada por los
cismas, ciudades y países desolados por la guerra y el pillaje,
vergonzosos pecados campeaban tanto entre cristianos como entre gentiles
y se ha hecho notar que no existía un solo soberano o legislador que no
fuera ateo, pagano o hereje. En las escuelas y en los colegios, los
jóvenes imitaban los vicios de sus mayores y Benito, asqueado por la
vida licenciosa de sus compañeros y temiendo llegar a contaminarse con
su ejemplo, decidió abandonar Roma. Se fugó, sin que nadie lo supiera,
excepto su nodriza, que lo acompañó. Existe una considerable diferencia
de opinión en lo que respecta a la edad en que abandonó la ciudad, pero
puede haber sido aproximadamente a los veinte años. Se dirigieron al
poblado de Enfide, en las montañas, a treinta millas de Roma. No
sabemos cuanto duró su estancia, pero fue suficiente para capacitarlo a
determinar su siguiente paso. Pronto se dio cuenta de que no era
suficiente haberse retirado de las tentaciones de Roma; Dios lo llamaba
para ser un ermitaño y para abandonar el mundo y, en el pueblo lo mismo
que en la ciudad, el joven no podía llevar una vida escondida,
especialmente después de haber restaurado milagrosamente un objeto de
barro que su nodriza había pedido prestado y accidentalmente roto.

En busca de completa soledad, Benito partió una vez más, solo, para
remontar las colinas hasta que llegó a un lugar conocido como Subiaco
(llamado así por el lago artificial formado en tiempos de Claudio,
gracias a la represión de las aguas del Anio). En esta región rocosa y
agreste se encontró con un monje llamado Romano, al que abrió su
corazón, explicándole su intención de llevar la vida de un ermitaño.
Romano mismo vivía en un monasterio a corta distancia de ahí; con gran
celo sirvió al joven, vistiéndolo con un hábito de piel y conduciéndolo
a una cueva en una montaña rematada por una roca alta de la que no podía
descenderse y cuyo ascenso era peligroso, tanto por los precipicios como
por los tupidos bosques y malezas que la circundaban. En la desolada
caverna, Benito pasó los siguientes tres años de su vida, ignorado por
todos, menos por Romano, quien guardó su secreto y diariamente llevaba
pan al joven recluso, quien lo subía en un canastillo que izaba mediante
una cuerda. San Gregorio dice que el primer forastero que encontró el
camino hacia la cueva fue un sacerdote quien, mientras preparaba su
comida un domingo de Resurrección, oyó una voz que le decía: "Estás
preparándote un delicioso platillo, mientras mi siervo Benito padece
hambre". El sacerdote, inmediatamente, se puso a buscar al ermitaño, al
que encontró al fin con gran dificultad. Después de haber conversado
durante un tiempo sobre Dios y las cosas celestiales, el sacerdote lo
invitó a comer, diciéndole que era el día de Pascua, en el que no hay
razón para ayunar. Benito, quien sin duda había perdido el sentido del
tiempo y ciertamente no tenía medios de calcular los ciclos lunares,
repuso que no sabía que era el día de tan grande solemnidad. Comieron
juntos y el sacerdote volvió a casa. Poco tiempo después, el santo fue
descubierto por algunos pastores, quienes al principio lo tomaron por un
animal salvaje, porque estaba cubierto con una piel 9de bestia y porque
no se imaginaban que un ser humano viviera entre las rocas. Cuando
descubrieron que se trataba de un siervo de Dios, quedaron gratamente
impresionados y sacaron algún fruto de sus enseñanzas. A partir de ese
momento, empezó a ser conocido y mucha gente lo visitaba, proveyéndolo
de alimentos y recibiendo de él instrucciones y consejos.

Aunque vivía apartado del mundo, San Benito, como los padres del
desierto, tuvo que padecer las tentaciones de la carne y del demonio,
algunas de las cuales han sido descritas por San Gregorio. "Cierto día,
cuando estaba solo, se presentó el tentador. Un pequeño pájaro negro,
vulgarmente llamado mirlo, empezó a volar alrededor de su cabeza y se le
acercó tanto que, si hubiese querido, habría podido cogerlo con la mano,
pero al hacer la señal de la cruz el pájaro se alejó. Una violenta
tentación carnal, como nunca antes había experimentado, siguió después.
El espíritu maligno le puso ante su imaginación el recuerdo de cierta
mujer que él había visto hacía tiempo, e inflamó su corazón con un deseo
tan vehemente, que tuvo una gran dificultad para reprimirlo. Casi
vencido, pensó en abandonar la soledad; de repente, sin embargo, ayudado
por la gracia divina, encontró la fuerza que necesitaba y, viendo cerca
de ahí un tupido matorral de espinas y zarzas, se quitó sus vestiduras y
se arrojó entre ellos. Ahí se revolcó hasta que todo su cuerpo quedó
lastimado. Así, mediante aquellas heridas corporales, curó las heridas
de su alma", y nunca volvió a verse turbado en aquella forma.

En Vicovaro, en Tívoli y en Subiaco, sobre la cumbre de un farallón que
domina Anio, residía por aquel tiempo una comunidad de monjes, cuyo abad
había muerto y por lo tanto decidieron pedir a San Benito que tomara su
lugar. Al principio rehusó, asegurando a la delegación que había venido
a visitarle que sus modos de vida no coincidían --quizá él había oído
hablar de ellos--. Sin embargo, los monjes le importunaron tanto, que
acabó por ceder y regresó con ellos para hacerse cargo del gobierno.
Pronto se puso en evidencia que sus estrictas nociones de disciplina
monástica no se ajustaban a ellos, porque quería que todos vivieran en
celdas horadadas en las rocas y, a fin de deshacerse de él, llegaron
hasta poner veneno en su vino. Cuando hizo el signo de la cruz sobre el
vaso, como era su costumbre, éste se rompió en pedazos como si una
piedra hubiera caído sobre él. "Dios os perdone, hermanos", dijo el
abad con tristeza. "¿Por qué habéis maquinado esta perversa acción
contra mí? ¿No os dije que mis costumbres no estaban de acuerdo con las
vuestras? Id y encontrad un abad a vuestro gusto, porque después de
esto yo no puedo quedarme por más tiempo entre vosotros". El mismo día
retornó a Subiaco, no para llevar por más tiempo una vida de retiro,
sino con el propósito de empezar la gran obra para la que Dios lo había
preparado durante estos años de vida oculta.

Empezaron a reunirse a su alrededor los discípulos atraídos por su
santidad y por sus poderes milagrosos, tanto seglares que huían del
mundo, como solitarios que vivían en las montañas. San Benito se
encontró en posición de empezar aquel gran plan, quizás revelado a él en
la retirada cueva, de "reunir en aquel lugar, como en un aprisco del
Señor, a muchas y diferentes familias de santos monjes dispersos en
varios monasterios y regiones, a fin de hacer de ellos un sólo rebaño
según su propio corazón, para unirlos más y ligarlos con los fraternales
lazos, en una casa de Dios bajo una observancia regular y en permanente
alabanza al nombre de Dios". Por lo tanto, colocó a todos los que
querían obedecerle en los doce monasterios hechos de madera, cada uno
con su prior. El tenía la suprema dirección sobre todos, desde donde
vivía con algunos monjes escogidos, a los que deseaba formar con
especial cuidado. Hasta ahí, no tenía escrita una regla propia, pero
según un antiguo documento, los monjes de los doce monasterios
aprendieron la vida religiosa, "siguiendo no una regla escrita, sino
solamente el ejemplo de los actos de San Benito". Romanos y bárbaros,
ricos y pobres, se ponían a disposición del santo, quien no hacía
distinción de categoría social o nacionalidad. Después de un tiempo,
los padres venían para confiarles a sus hijos a fin de que fueran
educados y preparados para la vida monástica. San Gregorio nos habla de
dos nobles romanos, Tértulo, el patricio y Equitius, quienes trajeron a
sus hijos, Plácido, de siete años y Mauro de doce, y dedica varias
páginas a estos jóvenes novicios. (Véase San Mauro, 15 de enero y San
Plácido, 5 de octubre).

En contraste con estos aristocráticos jóvenes romanos, San Gregorio
habla de un rudo e inculto godo que acudió a San Benito, fue recibido
con alegría y vistió el hábito monástico. Enviado con una hoz para que
quitara las tupidas malezas del terreno desde donde se dominaba el lago,
trabajó tan vigorosamente, que la cuchilla de la hoz se salió del mango
y desapareció en el lago. El pobre hombre estaba abrumado de tristeza,
pero tan pronto como San Benito tuvo conocimiento del accidente, condujo
al culpable a la orilla de las aguas, le arrebató el mango y lo arrojó
al lago. Inmediatamente, desde el fondo, surgió la cuchilla de hierro y
se ajustó automáticamente al mango. El abad devolvió la herramienta,
diciendo: "¡Toma! Prosigue tu trabajo y no te preocupes". No fue el
menor de los milagros que San Benito hizo para acabar con el arraigado
prejuicio contra el trabajo manual, considerado como degradante y
servil. Creía que el trabajo no solamente dignificaba, sino que
conducía a la santidad y, por lo tanto, lo hizo obligatorio para todos
los que ingresaban a su comunidad, nobles y plebeyos por igual. No
sabemos cuanto tiempo permaneció el santo en Subiaco, pero fue lo
suficiente para establecer su monasterio sobre una base firme y fuerte.
Su partida fue repentina y parece haber sido impremeditada. Vivía en
las cercanías un indigno sacerdote llamado Florencio quien, viendo el
éxito que alcanzaba San Benito y la gran cantidad de gente que se reunía
en torno suyo, sintió envidia y trató de arruinarlo. Pero como fracasó
en todas sus tentativas para desprestigiarlo mediante la calumnia y para
matarlo con un pastel envenenado que le envió (que según San Gregorio
fue arrebatado milagrosamente por un cuervo), trató de seducir a sus
monjes, introduciendo una mujer de mala vida en el convento. El abad,
dándose perfecta cuenta de que los malvados planes de Florencio estaban
dirigidos contra él personalmente, resolvió abandonar Subiaco por miedo
de que las almas de sus hijos espirituales continuaran siendo asaltadas
y puestas en peligro. Dejando todas sus cosas en orden, se encaminó
desde Subiaco al territorio de Monte Cassino. Es esta una colina
solitaria en los límites de Campania, que domina por tres lados
estrechos valles que corren hacia las montañas y, por el cuarto, hasta
el Mediterráneo, una planicie ondulante que fue alguna vez rica y
fértil, pero que, carente de cultivos por las repetidas irrupciones de
los bárbaros, se había convertido en pantanosa y malsana. La población
de Monte Cassino, en otro tiempo lugar importante, había sido aniquilada
por los godos y los pocos habitantes que quedaban, habían vuelto al
paganismo o mejor dicho, nunca lo habían dejado. Estaban acostumbrados
a ofrecer sacrificios en un templo dedicado a Apolo, sobre la cuesta del
monte. Después de cuarenta días de ayuno, el santo se dedicó, en primer
lugar, a predicar a la gente y a llevarla a Cristo. Sus curaciones y
milagros obtuvieron muchos conversos, con cuya ayuda procedió a destruir
el templo, su ídolo y su bosque sagrado. Sobre las ruinas del templo,
construyó dos capillas y alrededor de estos santuarios se levantó, poco
a poco, el gran edificio que estaba destinado a convertirse en la más
famosa abadía que el mundo haya conocido. Los cimientos de este
edificio parecen haber sido echados por San Benito, alrededor del año
530. De ahí partió la influencia que iba a jugar un papel tan
importante en la cristianización y civilización de la Europa
post-romana. No fue solamente un museo eclesiástico lo que se destruyó
durante la segunda Guerra Mundial, cuando se bombardeó Monte Cassino.

Es probable que Benito, de edad madura, en aquel entonces, pasara
nuevamente algún tiempo como ermitaño; pero sus discípulos pronto
acudieron también a Monte Cassino. Aleccionado sin duda por su
experiencia en Sabiaco, no los mandó a casas separadas, sino que los
colocó juntos en un edificio gobernado por un prior y decanos, bajo su
supervisión general. Casi inmediatamente después, se hizo necesario
añadir cuartos para huéspedes, porque Monte Cassino, a diferencia de
Subiaco, era fácilmente accesible desde Roma y Cápua. No solamente los
laicos, sino también los dignatarios de la Iglesia iban para cambiar
impresiones con el fundador, cuya reputación de santidad, sabiduría y
milagros habíase extendido por todas partes. Tal vez fue durante ese
período cuando comenzó su "Regla", de la que San Gregorio dice que da a
entender "todo su método de vida y disciplina, porque no es posible que
el santo hombre pudiera enseñar algo distinto de lo que practicaba".
Aunque primordialmente la regla está dirigida a los monjes de Monte
Cassino, como señala el abad Chapman, parece que hay alguna razón para
creer que fue escrita para todos los monjes del occidente, según deseos
del Papa San Hormisdas. Está dirigida a todos aquellos que, renunciando
a su propia voluntad, tomen sobre sí "la fuerte y brillante armadura de
la obediencia para luchar bajo las banderas de Cristo, nuestro verdadero
Rey", y prescribe una vida de oración litúrgica, estudio, ("lectura
sacra") y trabajo llevado socialmente, en una comunidad y bajo un padre
común. Entonces y durante mucho tiempo después, sólo en raras ocasiones
un monje recibía las órdenes sagradas y no existe evidencia de que el
mismo San Benito haya sido alguna vez sacerdote. Pensó en proporcionar
"una escuela para el servicio del Señor", proyectada para principiantes,
por lo que el ascetismo de la regla es notablemente moderado. No se
alentaban austeridades anormales ni escogidas por uno mismo y, cuando un
ermitaño que ocupaba una cueva cerca de Monte Cassino encadenó sus pies
a la roca, San Benito le envió un mensaje que decía: "Si eres
verdaderamente un siervo de Dios, no te encadenes con hierro, sino con
la cadena de Cristo". La gran visión en la que Benito contempló, como
en un rayo de sol, a todo el mundo alumbrado por la luz de Dios, resume
la inspiración de su vida y de su regla. El santo abad, lejos de
limitar sus servicios a los que querían seguir su regla, extendió sus
cuidados a la población de las regiones vecinas: curaba a los enfermos,
consolaba a los tristes, distribuía limosnas y alimentó a los pobres y
se dice que en más de una ocasión resucitó a los muertos. Cuando la
Campania sufría un hambre terrible, donó todas las provisiones de la
abadía, con excepción de cinco panes. "No tenéis bastante ahora", dijo
a sus monjes, notando su consternación, "pero mañana tendréis de
sobra". A la mañana siguiente, doscientos sacos de harina fueron
depositados por manos desconocidas en la puerta del monasterio. Otros
ejemplos se han proporcionado para ilustrar el poder profético de San
Benito, al que se añadía el don de leer los pensamientos de los
hombres. Un noble al que convirtió, lo encontró cierta vez llorando e
inquirió la causa de su pena. El abad repuso: "este monasterio que yo
he construido y todo lo que he preparado para mis hermanos, ha sido
entregado a los gentiles por un designio del Todopoderoso. Con
dificultad he logrado obtener misericordia para sus vidas". La profecía
se cumplió cuarenta años después, cuando la abadía de Monte Cassino fue
destruida por los lombardos.

Cuando el godo Totila avanzaba trinfante a través del centro de Italia,
concibió el deseo de visitar a San Benito, porque había oído hablar
mucho de él. Por lo tanto, envió aviso de su llegada al abad, quien
accedió a verlo. Para descubrir si en realidad el santo poseía los
poderes que se le atribuían, Totila ordenó que se le dieran a Riggo,
capitán de su guardia, sus propias ropas de púrpura y lo envió a Monte
Cassino con tres condes que acostumbraban asistirlo. La suplantación no
engañó a San Benito, quien saludó a Riggo con estas palabras: "hijo mío,
quítate las ropas que vistes; no son tuyas". Su visitante se apresuró a
partir para informar a su amo que había sido descubierto. Entonces,
Totila, fue en persona hacia el hombre de Dios y, se dice que se
atemorizó tanto, que cayó postrado. Pero Benito lo levantó del suelo,
le recriminó por sus malas acciones y le predijo, en pocas palabras,
todas las cosas que le sucederían. Al punto, el rey imploró sus
oraciones y partió, pero desde aquella ocasión fue menos cruel. Esta
entrevista tuvo lugar en 542 y San Benito difícilmente pudo vivir lo
suficiente para ver el cumplimiento total de su propia profecía.

*Anuncia su muerte*

El santo que había vaticinado tantas cosas a otros, fue advertido con
anterioridad acerca de su próxima muerte. Lo notificó a sus discípulos
y, seis días antes del fin, les pidió que cavaran su tumba. Tan pronto
como estuvo hecha fue atacado por la fiebre. El 21 de marzo del año
543, durante las ceremonias del Jueves Santo, recibió la Eucaristía.
Después, junto a sus monjes, murmuró unas pocas palabras de oración y
murió de pie en la capilla, con las manos levantadas al cielo. Sus
últimas palabras fueron: "Hay que tener un deseo inmenso de ir al
cielo". Fue enterrado junto a Santa Escolástica, su hermana, en el
sitio donde antes se levantaba el altar de Apolo, que él había destruido.

Dos de sus monjes estaban lejos de allí rezando, y de pronto vieron una
luz esplendorosa que subía hacia los cielos y exclamaron: "Seguramente
es nuestro Padre Benito, que ha volado a la eternidad". Era el momento
preciso en el que moría el santo.

Que Dios nos envíe muchos maestros como San Benito, y que nosotros
también amemos con todo el corazón a Jesús.

En 1964 Pablo VI declara a san Benito patrono principal de Europa.

*QUE DE TAL MANERA BRILLE ANTE LOS DEMAS LA** ** LUZ DE VUESTRO BUEN
EJEMPLO, QUE ELLOS AL VER VUESTRAS BUENAS OBRAS, GLORIFIQUEN AL
PADRE CELESTIAL. (S. Mateo 5)*

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* LA SANTA REGLA*

Inspirado por Dios, San Benito escribió un Reglamento para sus monjes
que llamó "*La ** Santa Regla*" y que ha sido inspiración para los
reglamentos de muchas comunidades religiosas monásticas. Muchos laicos
también se comprometen a vivir los aspectos esenciales de esta regla,
adaptada a las condiciones de la vocación laica.

La síntesis de la Regla es la frase "*Ora et labora*" (reza y trabaja),
es decir, la vida del monje ha de ser de contemplación y de acción, como
nos enseña el Evangelio.

Algunas recomendaciones de San Benito:

*

La primera virtud que necesita un religioso (después de la
caridad) es la humildad.

*

La casa de Dios es para rezar y no para charlar.

*

Todo superior debe esforzarse por ser amable como un padre bondadoso.

*

El ecónomo o el que administra el dinero no debe humillar a nadie.

*

Cada uno debe esforzarse por ser exquisito y agradable en su trato

*

Cada comunidad debe ser como una buena familia donde todos se aman

*

Evite cada individuo todo lo que sea vulgar. Recuerde lo que
decía San Ambrosio: "Portarse con nobleza es una gran virtud".

*

El verdadero monje debía ser "no soberbio, no violento, no
comilón, no dormilón, no perezoso, no murmurador, no denigrador...
sino casto, manso, celoso, humilde, obediente".

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*Milagros ** de San Benito.*

He aquí algunos de los muchos milagros relatados por San Gregorio, en su
biografía de San Benito

* El muchacho que no sabía nadar*. El joven Plácido cayó en un profundo
lago y se estaba ahogando. San Benito mandó a su discípulo preferido
Mauro: "Láncese al agua y sálvelo". Mauro se lanzó enseguida y logró
sacarlo sano y salvo hasta la orilla. Y al salir del profundo lago se
acordó de que había logrado atravesar esas aguas sin saber nadar. La
obediencia al santo le había permitido hacer aquel salvamento milagroso.

* El edificio que se cae*. Estando construyendo el monasterio, se vino
abajo una enorme pared y sepultó a uno de los discípulos de San Benito.
Este se puso a rezar y mandó a los otros monjes que removieran los
escombros, y debajo de todo apareció el monje sepultado, sano y sin
heridas, como si hubiera simplemente despertado de un sueño.

* La piedra que no se movía*. Estaban sus religiosos constructores
tratando de quitar una inmensa piedra, pero esta no se dejaba ni
siquiera mover un centímetro. Entonces el santo le envió una bendición,
y enseguida la pudieron remover de allí como si no pesara nada. Por eso
desde hace siglos cuando la gente tiene algún grave problema en su casa
que no logra alejar, consigue una medalla de San Benito y le reza con
fe, y obtiene prodigios. Es que este varó de Dios tiene mucho influjo
ante Nuestro Señor.

* Panes que se multiplican*.

* Muertes anunciadas*. Un día exclamó: "Se murió mi amigo el obispo de
Cápua, porque vi que subía al cielo un bello globo luminoso". Al día
siguiente vinieron a traer la noticia de la muerte del obispo. Otro día
vió que salía volando hacia el cielo una blanquísima paloma y exclamó:
:Seguramente se murió mi hermana Escolástica". Los monjes fueron a
averiguar, y sí, en efecto acababa de morir tan santa mujer. El, que
había anunciado la muerte de otros, supo también que se aproximaba su
propia muerte y mandó a unos religiosos a excavar........

BIBLIOGRAFIA

Butler; Vida de los Santos
Sálesman, P. Eliécer, "Vidas de los Santos"
Sgarbossa, Mario; Giovannini, Luigi, "Un santo para cada día"

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*La Medalla de San Benito*

La medalla de San Benito es un sacramental
<http://www.corazones.org/DICCIONARIO/sacramentales.htm> reconocido por
la Iglesia con gran poder de exorcismo
<http://www.corazones.org/DICCIONARIO/exorcismo.htm>. Como todo
sacramental, su poder está no en si misma sino en Cristo quien lo otorga
a la Iglesia y por la fervorosa disposición de quién usa la medalla.

*Descripción de la medalla:*

En el frente de la medalla aparece San Benito con la Cruz en una mano y
el libro de las Reglas en la otra mano, con la oración: "A la hora de
nuestra muerte seamos protegidos por su presencia". (Oración de la
Buena Muerte).

El reverso muestra la cruz de San Benito con las letras:

*C.S.P.B.*: "Santa Cruz del Padre Benito"
*C.S.S.M.L.* : "La santa Cruz sea mi luz" (crucero vertical de la cruz)
*N.D.S.M.D*.: "y que el Dragón no sea mi guía." (crucero horizontal)

**En círculo, comenzando por arriba hacia la derecha:*
V.R.S.* "Abajo contigo Satanás"
*N.S.M.V.* "para de atraerme con tus mentiras"
*S.M.Q.L. *"Venenosa es tu carnada"
*I.V.B.* "Trágatela tu mismo".
*PAX * "Paz"

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*Bendición de la medalla de San Benito
(deber ser por hecha por un sacerdote)

**Exorcismo de la medalla
*-Nuestra ayuda nos viene del Señor
-Que hizo el cielo y la tierra.
Te ordeno, espíritu del mal, que abandones esta medalla, en el nombre de
Dios Padre Omnipotente, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo
que en ellos se contiene.
Que desaparezcan y se alejen de esta medalla toda la fuerza del
adversario, todo el poder del diablo, todos los ataques e ilusiones de
satanás, a fin de que todos los que la usaren gocen de la salud de alma
y cuerpo.
En el nombre del Padre Omnipotente y de su Hijo, nuestro Señor, y del
Espíritu Santo Paráclito, y por la caridad de Jesucristo, que ha de
venir a juzgar a los vivos y a los muertos y al mundo por el fuego.

*Bendición
*-Señor, escucha mi oración
-Y llegue a tí mi clamor

Oremos:
Dios omnipotente, dador de todos los bienes, te suplicamos humildemente
que por la intercesión de nuestro Padre San Benito, infundas tu
bendición sobre esta sagrada medalla, a fin de que quien la lleve,
dedicándose a las buenas obras, merezca conseguir la salud del alma y
del cuerpo, la gracia de la santificación, y todas la indulgencias que
se nos otorgan, y que por la ayuda de tu misericordia se esfuerce en
evitar la acechanzas y engaños del diablo, y merezca aparecer santo y
limpio en tu presencia.

Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
Amén

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*Indulgencias
<http://www.corazones.org/DICCIONARIO/indulgencias.htm>*El 12 de marzo
de 1742 el Papa Benedicto XIV otorgó * indulgencia plenaria* a la
medalla de San Benito si la persona se confiesa, recibe la Eucaristía,
ora por el Santo Padre en las grandes fiestas y durante esa semana reza
el santo rosario, visita a los enfermos, ayuda a los pobres, enseña la
Fe o participa en la Santa Misa. Las grandes fiestas son Navidad,
Epifanía, Pascua de Resurrección, Ascensión, Pentecostés, la Santísima
Trinidad, Corpus Christi, La Asunción, La Inmaculada Concepción, el
nacimiento de María, todos los Santos y fiesta de San Benito.

* *

*Número de indulgencias parciales: por ejemplo: 1)* 200 días de
indulgencia, si uno visita una semana a los enfermos o visita la Iglesia
o enseña a los niños la Fe. *2) *7 años de indulgencia , si uno celebra
la Santa Misa o esta presente, y ora por el bienestar de los cristianos,
o reza por sus gobernantes. *3) *7 años si uno acompaña a los enfermos
en el día de todos los Santos. *4) *100 días si uno hace una oración
antes de la Santa Misa o antes de recibir la sagrada Comunión.* 5)*
Cualquiera que por cuenta propia por su consejo o ejemplo convierta a un
pecador, obtiene la remisión de la tercera parte de sus pecados. *6)
*Cualquiera que el Jueves Santo o el día de Resurrección, después de una
buena confesión y de recibir la Eucaristía, rece por la exaltación de la
Iglesia, por las necesidades del Santo Padre, ganará las indulgencias
que necesita.* 7)* Cualquiera que rece por la exaltación de la Orden
Benedictina, recibirá una porción de todas la buenas obras que realiza
esta Orden.

Quienes lleven la medalla de San Benito a la hora de la muerte serán
protegidos siempre que se encomienden al Padre, se confiesen y reciban
la comunión o al menos invoquen el nombre de Jesús con profundo
arrepentimiento.

------------------------------------------------------------------------
**

*El Crucifijo con medalla de San Benito*

El Crucifijo de la Buena Muerte y la Medalla de San Benito han sido
reconocidos por la Iglesia como una ayuda para el cristiano en la hora
de tentación, peligro, mal, principalmente en la hora de la muerte. Le
ha dado al Crucifijo con la medalla Indulgencia Plenaria.

La indulgencia plenaria de la Cruz de la Buena Muerte, quien realmente
crea en la santa Cruz, no será apartado de El, ganará indulgencia
plenaria en la hora de la muerte. Si este se confiesa, recibe la
Comunión o por lo menos con el arrepentimiento previo de sus pecados,
llamando el Santo nombre de Jesús con devoción y aceptando
resignadamente la muerte como venida de las manos de Dios. Para la
indulgencia no basta la Cruz, debe representarse a Cristo crucificado.
Esta cruz también ayuda a los enfermos para unir nuestros sufrimientos a
los de Nuestro Salvador.

Visiten el link completo en http://www.corazones.org/santos/benito.htm




Defendamos nuestra Fé Católica

Habia estado buscando información acerca de nuestra Fé Católica, cuando llege a este sitio. www.corazones.org
En el encontre diversos enlazes entre los cuales el que mas me llamo la atención fue el de Apologética
En ese sitio visite algunos otros que allí encontre muy interesantes, entre ellos y en orden aleatorio (segun lo vi y pegue el enlaze a este post) recomiendo los siguientes que e visitado y me ha sido de provecho
Repeticíon en la oración Muy bueno leerlo para cuando te pregunten acerca de tu devoción al Santo Rosario
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Evangelio de Judas
Sábado o domingo - ¿Cuál es el día del Señor?
Enlaces de Apologética Aún no los he revisado todos despues le estare comentando
Libérese de la Pornografía: 12 pasos

En mis proximos post les traere algo acerca de la tradición del Escapulario y acerca de la vida de los Santos, estare llevando informacíon acerca de San Benito, como de costumbre citare la fuente y el enlace de donde tome la información

Wednesday, May 10, 2006

BBCMundo.com: Plancton advierte sobre terremotos

BBCMundo.com | Nota recomendada por Angel Almodovar

** Mensaje **
Viene del link original de BBC Mudo verlo aqui
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_4756000/4756597.stm

** Plancton advierte sobre terremotos **
Investigadores descubren que grandes concentraciones de clorofila en las costas preceden a los movimientos telúricos.
< http://news.bbc.co.uk/go/em/fr/-/hi/spanish/science/newsid_4756000/4756597.stm >

** Notificación **
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www.bbcmundo.com

Wednesday, May 03, 2006

Vivificat! Bitácora de un católico puertorriqueño

Quise compratir esto por los comentarios muy buenos y articulos relacionados al evangelio de Judas, el escandalo con el codigo da vinci entre otros merece la pena echarle un vistaso. Tiene links a otros blogs muy interesantes
Rama y Ananda

Vivificat! Bitácora de un católico puertorriqueño
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